En la Mirada Política de Fernando Vázquez Nájera: “La contención a AMLO”

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Fernando Vázquez Nájera*

La contención a AMLO

Andrés Manuel López Obrador nunca se propuso desmantelar el sistema presidencial, no se propone cambiar a un régimen parlamentario. De ahí que sea una mentira aquello de que el gobierno de la 4T representa un cambio de régimen.

López Obrador ha querido ser un presidente fuerte, centralista y concentrador del mayor poder político posible. Por tanto, la actual democracia mexicana requiere del vigor de las instituciones del Estado, diseñadas históricamente para ser contrapeso al fortalecimiento creciente del Poder Ejecutivo.

La actual integración de la Cámara de Senadores permite que sea la institución del Poder Legislativo donde se necesiten acuerdos y coaliciones para sacar adelante una reforma constitucional. MORENA y sus aliados electorales no alcanzan los dos tercios de los votos para tal efecto.

Sirva como ejemplo que esta semana se votará en el Senado las modificaciones a la minuta enviada desde la Cámara de Diputados sobre la figura de revocación de mandato, corrigiendo sustantivamente la idea original de la 4T de utilizarla como refrendo para López Obrador en lugar de establecer el derecho ciudadano de proponer la terminación anticipada del mandato presidencial. Sin acuerdo con los partidos opositores no habría reforma constitucional posible.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación es la cabeza del Poder Judicial y representa la última instancia de revisión e interpretación de nuestra Constitución y las leyes. El Pleno de la SCJN está integrado por 11 ministros y ministras desde 1994.

En menos de un año, AMLO ha propuesto a dos personas que se han convertido en integrantes de la SCJN. Con la renuncia del ministro Medina Mora, López Obrador tiene la oportunidad de colocar a un tercer integrante y la importancia de ello radica en que la Constitución establece que “las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sólo podrán declarar la invalidez de las normas impugnadas, siempre que fueren aprobadas por una mayoría de ocho votos”. Esto es, AMLO sólo requiere 4 integrantes de la SCJN afines a la 4T para impedir que se declare la invalidez de leyes como la “Ley Bonilla” que hará posible que el futuro gobernador de Baja California, de MORENA, extienda indebidamente su mandato a cinco años en lugar de los dos para el que fue electo.

La arquitectura constitucional no solo es una frase rimbombante, es el diseño institucional para que el sistema democrático, en el caso mexicano mediante el régimen presidencial, funcione con pesos y contrapesos, con instituciones que deben colaborar, pero al mismo tiempo actuar con la independencia y objetividad que las define.

Con un Presidente concentrador de poder y un gobierno fuertemente centralista, el Senado debe defender el carácter federalista que nos define como Nación y ser riguroso cada vez que se pretende modificar la Constitución.

La SCJN debe actuar con objetividad y fuera del alcance del poder político, con mayor transparencia y certidumbre de los actos de todos sus integrantes. Una democracia sólida, que funcione en favor de todas y todos, en especial de los que menos tienen y los más vulnerables sí es posible, no sólo con un liderazgo presidencial fuerte sino también con instituciones funcionales al servicio de la Nación.

 

*Analista político.

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