Hugo Otilio escribe: “El Pressing y el Barrio”

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El Pressing y el Barrio

Por Hugo Otilio Delgadillo *

Al CCP de San Juan de Aragón

“¡Salgan, salgan!”, gritaba el entrenador del Necaxa, Leandro Valle; los jugadores del CCP de San Juan de Aragón asustados se miraban entre sí, no sabían qué hacer. Al contragolpe los Rayos de Iztacalco nos liquidaron.

Durante un “Torneo de los Barrios” –ya desaparecido– armamos un equipo auténtico, de barriada, con chavos de la colonia, pero ante las escuadras que ya jugaban al pressing pagamos “derecho de piso”.

“El Torneo de los Barrios” era organizado por El Heraldo de México, de él surgieron figuras de la talla de Manuel Manzo y Cristóbal Ortega. Por eso era un sueño para todos los chamacos de los 70, 80 y principios de los 90 participar en dicho encuentro “de nuevos valores”.

La esperanza de ser observados por algún visor de la Primera División era un gran atractivo para chavos de mi vecindario. Informado, acudí a las instalaciones de El Heraldo –diario que desapareció y revivió–, en Doctor Velasco, en la colonia Doctores, para llenar la documentación. Por la tarde llevé todos los requisitos al kiosco de la colonia en donde nos reuníamos los integrantes del Consejo Cultural del Pueblo que daba nombre a nuestro Team el CCP de San Juan.

Animados, comenzamos a buscar jugadores entre nuestra liga local de Fut-Cinco, que si el Harris, que si Lobo, el Ramón Ramírez (Memo), que el Chico ya no da la edad; que si metemos un cachirul; que el “Rana no tiene acta”, ¿que si el Gato?, que el Ambriz no tiene certificado de primaria y una duda: ¿quién para?, ¿quién es el portero? ¿El Bolas? Por fin juntamos a los 16 jugadores.

Pero tenemos que llevarlos a entrenar, conseguimos un campo en el Deportivo Zarco para practicar por las noches, la mayoría de nuestro jóvenes aunque está en edad de ir a la prepa no lo hacen, sólo los menos, entre ellos el Ariel y el Robert, la mayoría chambea, por eso los entrenamientos son nocturnos, más de uno es obrero o ayudante general.

Lo típico, unas vueltas al campo, unos ejercicios de estiramiento, el torito, tiro a distancia, penaltis, y al final una cáscara; ¿táctica?, para qué, “con que se rifen en la cancha tenemos”.

Ya hay partido, se jugará en unos campos que están por la “Qui-besas” de Juárez, allá por Iztapalapa, se decían unos a otros los jugadores.

El partido se efectuará en domingo, primer problema, ¡hay que cuidarlos el sábado!, aunque la mayoría no cumple los 17 años, ya son experimentados bebedores, algunos hasta inhalaban solventes, la mayoría fuma. Por eso se pensó seriamente en “concentrarlos” para que no se vayan de farra y estén listos. El mundo nos cierra espacios.

Francisco Valencia “El Oso” y el que narra esta historia para Galaxia Futbol (ahí se publicó 2012, ahora en Otras Galaxias en este 2019) salen al kiosco para ver qué se encuentran: “mira, ahí está el Harris, pinche Harris, vete a dormir que mañana es el juego”. Capturamos a tres trasnochadores que estaban a punto de echar todo por la borda, un mes de entrenamiento y registros. Nos citamos para el domingo a las 8 AM en la plaza del pueblo.

La víspera de un juego es como un estado de adviento, los jugadores llegan poco a poco, la alegría se nota en sus rostros, todos bañados, con sus arreos en sus mochilas, pero todos con ese ánimo contagioso de que se puede ganar el juego, para algunos el juego de su vida.

Después el traslado a la Ciudad Deportiva Francisco I. Madero de Iztapalapa, en tres vehículos. Llegamos, ahora a buscar el campo.

Ya en el campo, recibimos, ellos y nosotros –cuerpo técnico–, nuestro primer chingadazo, los contrarios calientan con pants, después se despojan de esta indumentaria y quedan en ropa de entrenamiento. Al unísono van de un lado a otro, se escucha la voz del entrenador firme y arrogante dirigiendo este entrenamiento previo.

Los nuestros, apagadones, despojan de sus ropas, unos se vendan, otros se untan un ungüento muscular, otros, chiveados, miran de reojo a los contrarios (casi profesionales) cómo impactan durante la previa al partido, para ellos un encuentro más, para el CCP de San Juan de Aragón más que eso.

Se hace el once titular, cuatro defensas, dos medios y cuatro adelante: 4-2-4, como en la época de José Antonio Roca, creo que nos faltó jugar en marca personal para que la tragedia fuera más grande como en Argentina 1978. Yo insistía en jugar con 4-3-3, perdí el debate con los otros dos entrenadores. Les damos instrucciones: “échenle huevos y háganla bonita”.

Pita el árbitro, sacamos nosotros, dos tres toques, perdemos el balón y cae el primero en nuestra puerta. Parece que se repite el arranque del encuentro, nomás que traemos ya un gol en contra, ni cuenta nos dimos. Pero ahí no perdimos el juego, creo que lo perdimos en el entrenamiento previo.

Empieza el trauma, comenzamos a tocar el balón al “más puro estilo del futbol CCP San Juan de Aragón”, a centralizar el juego con Rubén el Chico y este a repartir balones a los extremos, varias veces logramos meterlos en aprietos, hasta que…

Comienza a gritar el capitán y defensa central del Necaxa Leandro Valle: ¡salgan! En automático, todos los rojiblancos adelantan líneas, nos acortan el campo y comenzamos a quedar en fuera de lugar. Todo es confusión entre las filas de los rojos del CCP, no saben qué hacer.

Los delanteros terminan desesperados porque son “cachados” en fuera de lugar, los defensas tampoco responden, les ganan las espaldas más de una ocasión, nos salvamos de dos goles. Los mediocampistas, perdidos entre la defensa y la delantera. Antes del primer tiempo nos meten el segundo. Si salimos al partido con uno en contra, nos vamos al descanso con la derrota a cuestas.

Todo es confusión en el medio tiempo, los DT no sabemos cómo contrarrestar la estrategia de los rivales, como en la película del Atlético San Pancho, los jugadores nos reclaman que nomás les pedimos que “le echen ganas”. Pido cambiar la formación a un 4-3-3, esto ayuda, pero no fue suficiente.

La escuela de futbol del Necaxa de los 90, fue la mejor de México, les dio dos campeonatos de la mano de Manuel Lapuente y su estilo de jugar, estilo que permeó hasta las fuerzas básicas, nosotros fuimos víctimas de este buen futbol. Me declaro seguidor del lapuentismo.

Aplican un pressing muy duro, achican el campo, toca y tocan hasta desesperar; duros en la marca y con una salida a espacio abierto y con ventaja.

Nos juegan con cinco defensas, dos laterales un líbero y un stoper, además de un contención retrasado. En media cancha, otros dos medios en el centro, dos “falsos” volantes  retrasados y un delantero.

Tienen una formación de 5-4-1 a la defensiva; a la ofensiva 3-4-3, defienden con ¡nueve!, atacan con ¡siete! Mortal para los chicos de barrio del Pueblo de San Juan de Aragón, que se defienden como pueden y atacan, igual, como pueden.

El grito del capitán necaxista marca el tono del juego: ¡Salgan! Los nuestros como el boxeador de antaño, Chango Casanova, ante Joe Conde, se espantan ante un idioma que no conocen: la presión en el campo. Dicen que el mazatleco Conde hacía enfurecer a Casanova insultándolo en inglés y lo hacía perder. El CCP nunca pudo superar este estigma.

Terminamos con tres pepinos en las alforjas.

Regresamos al barrio con la derrota a cuestas. Algunos chamacos se pusieron una briaga, no pudieron superar esa derrota, no pudimos hacer nada. En el “Alto Mando” decidimos cambiar la estrategia en el entrenamiento, nos quedaban dos juegos más, poco pudimos hacer, rescatamos un triunfo, pero nos eliminaron.

Lo lamento, en ese momento no logramos cambiar la historia  futbolística de todos los muchachos, algunos superaron las adicciones, otros no; hay quien hizo del deporte y la disciplina un hábito; uno tristemente murió por la violencia de las calles. No todos aguantaron el pressing.

Pero varios comenzaron a ganar tras esta experiencia. Yo me cuento ahí. Libramos las líneas que nos marca la vida. Gracias a Dios.

En la vida como en el futbol hay que superar el pressing, es posible. Me cae.

  1. PD. Ojalá regrese algún día el Torneo de los Barrios, ahí todos ganan. ¿Quién dijo yo?

Para este 2019, algunos guerreros ya noe stán con nosotros.

Otros purgan condenas.

Una gran parte es feliz y sigue jugando futbol.

El autor sigue entrenando juveniles.

-o-

*Periodista, académico y promotor cultural y deportivo

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