Pinceladas de “La Loba”, Cacique de Chimalhuacán por Alberto González

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El texto de Alberto González sobre “La Loba”, nos pinta como era esta cacique de finales del siglo pasado
(Redacción DM) Escribe el  periodista Alberto González, especialista en temas políticos de Netzahualcóyotl, Chimalhuacán y Valle de México (entre mucho otros) sobre la muerte de la cacique de Chimalhuacán, Estado de México, Guadalupe Buendía Torres alias “La Loba”: “La Loba, una historia del cacicazgo priista”.
Se arranca González...
Pues murió “La Loba” de Chimalhuacán a causa del Covid-19.
Un símbolo del cacicazgo priista en el Edomex.
Un día, sentados en el restaurante “California”, en los Reyes La Paz, charlábamos con ella un compañero de Televisa y yo.
–¿Es cacique “La Loba”?, le preguntó.
–Yo no tengo la culpa de que Dios me haya dado más que a los demás, respondió.
Guadalupe Buendía Torres había convocado a una conferencia de prensa porque días antes desalojó una iglesia que fue improvisada con madera y cartón en un terreno que reclamaba como suyo.
El Arzobispado de Texcoco respondió enérgico y convocó a una peregrinación de desagravio. El primo de “La Loba” era el precandidato del PRI a la presidencia de municipal, era necesario limpiar su imagen.
Ese día surgió una invitación a su cumpleaños, en el que quería mostrarnos que era una mujer querida.
La fiesta fue pintoresca. La describí en mi crónica del día siguiente en el diario La Crónica de Hoy. Y se la platiqué a Alberto Nájar para el texto que publicó en Masiosare, en La Jornada, unos años después.
Formados, sus seguidores hacían fila para entregarle un regalo. Al final, a petición de unas personas que insistían lanzaron un “grito de guerra”.
–Doña Loba, una porra… Doña Loba, una porra.
Rodeada de bicitaxistas y pepenadores coordinó el grito:
–¡La Loba es…!
–¡Culera!
–¡La Loba es…!
–¡Culera!
Parte de este pasaje lo cuento en “Doña Loba, una historia de cacicazgo y poder”, un e-book que me editó Random House y que, al parecer, ya no vende.

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