“Los programas sociales y el Presupuesto 2020” por Fer Vázquez-Nájera

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Por Fernando Vázquez Nájera*

Los programas sociales y el Presupuesto 2020

Durante muchos años, desde Salinas de Gortari hasta Peña Nieto, la oposición de izquierda en México reclamó transparencia en los recursos económicos destinados a programas sociales de corte asistencial. Desde el Programa Solidaridad y sus evoluciones sexenales hasta los apoyos a productores del campo, adultos mayores o estudiantes, los pilares para un mejor desempeño de las políticas sociales son la generación de padrones de beneficiarios, reglas de operación y fiscalización de los recursos erogados. En tiempos de la 4T, el Gobierno Federal que encabeza López Obrador se ha resistido a operar en forma transparente sus programas sociales insignia, los cuales se llevan una gran tajada del presupuesto para el año 2020.

Al aprobar el Presupuesto 2020, la Cámara de Diputados incluyó en el Decreto la obligación de publicar las reglas de operación de los programas sociales a más tardar el último día de febrero, pero pueden tener una prórroga de 30 días más. Las reglas de operación deben contar con el visto bueno de la Secretaría de la Función Pública y la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria. Veremos qué tanto se apegan los funcionarios de la 4T a estas indicaciones establecidas por los legisladores del mismo partido en el poder: MORENA.

Este año, la Academia Sueca otorgó en Premio Nobel de Economía a los economistas Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer por sus contribuciones al estudio del combate a la pobreza. Dentro de los múltiples aportes de estos economistas, destaca un nuevo enfoque para que las políticas públicas destinadas al combate de la pobreza tengan un dimensión más local y focalizada, lo que deriva en un mejor seguimiento de los pequeños cambios que marcan la diferencia en un mayor y mejor impacto en las comunidades sociales. Para ello, dicen los economistas laureados, se requiere información del perfil de los beneficiarios de los programas sociales para precisar las condiciones de los grupos sociales que reciben los beneficios concretos.

En México, las reglas de operación de los programas sociales habían venido evolucionando para bien, siempre a exigencia social y periodística más que a la buena voluntad de los gobiernos. Así, los limitados impactos a la pobreza del programa estrella de Carlos Salinas, el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), fue modificado con el Presidente Ernesto Zedillo mediante la creación del Programa de Educación, Salud y Alimentación-Progresa, el cual representó una nueva forma de política social, que sirvió como ejemplo a varios países de América Latina y el mundo. El cambio radical involucró en integrar en un solo programa las dimensiones de salud, alimentación y educación; trabajar al mismo tiempo en el alivio de la pobreza (por medio de transferencias económicas) y la creación de capital humano para una mejor inserción de las siguientes generaciones en el mercado de trabajo.

Los avances de PROGRESA-OPORTUNIDADES fueron cuestionados con el arribo de la 4T y ahora existen otros programas que los sustituyen. La institución creada para evaluar los programas sociales del gobierno federal, el CONEVAL, es dirigido ahora con un enfoque diferente, menos crítico y más tolerante a la falta de elementos objetivos que permita conocer el avance o no en la disminución de la pobreza en el país. 2020 puede ser el año de quiebre de lo que se venía haciendo en materia social desde el Gobierno Federal, o bien un parteaguas para generar el desarrollo que tanto se pregona desde Palacio Nacional.

*Analista político.

 

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