En Butaca Alta: ¡Talachear!

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¡Talachear!

Por Roberto Acevedo Acosta

En México la palabra talacha es para describir un trabajo de emergencia principalmente en carros sin mayor calidad o compromiso que sacarte del apuro.

También se utiliza para nombrar los partidos amateurs o de llano donde jugadores que alguna vez fueron profesionales se alquilan para jugar por cierta cantidad de dinero.
El jugador que llega a la talacha lo hace, la mayoría de las veces, porque ya no tiene cabida en el fútbol profesional, generalmente por razones de edad.
Nombres sobran, algunos con cierto peso, otros no tanto pero la realidad es que cuando se acaba las oportunidades en el ámbito profesional la talacha es una opción para seguir jugando, ya sin todo el glamur que se puedo tener en lo profesional pero gozando del reconocimiento de quien te contrata para jugar los partidos.
En la talacha no hay hoteles de lujo, no hay concentraciones en donde se cuida la alimentación o el descanso, ni servicios médicos en caso de una lesión, solo hay la promesa de un sueldo por partido que puede llegar hasta los cinco mil pesos en caso de una figura reconocida o en promedio dos mil o tres mil, con la consigna de hacer la diferencia en el campo de juego.
Para muchos jugar en la talacha es un reflejo de que cuando se tuvo acceso a sueldos importantes no se supo administrar bien, y el resultado es ir a jugar cuantas veces se pueda en un fin de semana, para juntar una cantidad de dinero que le permita sufragar los gastos principalmente familiares.
Hay jugadores que disputan hasta tres partidos en un solo día en diferentes ligas. Si tomamos en cuenta que el promedio de pago por juego es de $3,000 pesos, estamos hablando que en un solo día se puede ganar hasta $9,000 pesos que ya convertidos a un mes resultan 36 mil pesos, libres de impuestos. Nada mal para alguien que algún día jugó fútbol profesional.
Sin embargo los riesgos son muy altos. Una mala entrada y hasta ahí se llegó porque estos equipos amateurs difícilmente cubren algún tipo de lesión por lo cual cada vez que se entra al campo de juego puede ser la última vez.
Es de llamar la atención los “dueños” de los equipos en la talacha porque al no haber un órgano que regule esta clase de actividad no se sabe de dónde vienen los recursos para poder pagar buenos jugadores.
No sería raro pensar que el dinero que se emplea en la talacha es de dudosa procedencia porque no solo se paga por un ex jugador profesional, sino que muchas veces la plantilla tiene cierto nivel de calidad que no es de a gratis. Si hablamos de 11 jugadores tan solo con el mínimo que es de $2,000, la sumatoria no arroja $22,000 pesos por partido. Quién se da el lujo de pagar al mes casi $100,000 por ser el “dueño” de un equipo con estas características.
El tema de la talacha es tan amplío en México que no es exclusivo para jugadores nacionales. Se sabe de gente de otros países que viene a participar en esta clase de partidos.
Incluso una variante de la talacha son los partidos de ex estrellas, principalmente del América y Guadalajara que organizan encuentros del “recuerdo” en los Estados Unidos para sacar provecho económico de la fama que alguna vez alcanzaron en los equipos grandes del fútbol mexicano.
No es extraño que bajo este sistema se organicen giras por diferentes plazas tanto en México como en Estados Unidos para que la gente que tenga alguna clase de nostalgia pague por ver a sus ídolos de antaño.
Tampo es raro ver a ex jugadores profesionales mexicanos en partidos de exhibición en equipos de alguna liga amateur o semi profesional en los Estados Unidos. Además del pago por la participación se les cubre gastos como hospedaje y hasta boletos de avión.
Para muchos jugadores que se quedaron sin equipo por distintas razones, la talacha es una opción, y más si se tiene el sueño de regresar a jugar profesionalmente. Suena complicado regresar de ésta manera pero a nadie se le puede negar el derecho de “talachear”.

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