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Con la revocación del mandato, el PRI y el PAN comenzaron a probar una “sopa de su propio chocolate”

Por Jaime Balderas Alarcón /Parlamento y Debate

La discusión de la semana pasada en la Cámara de Diputados para garantizar la figura de revocación del mandato en la Constitución a partir de las elecciones federales del 2021 fue para el PRI y el PAN una sopa de su propio chocolate.

Basta recordar cualquiera de las discusiones de las reformas estructurales en las dos legislaturas anteriores, en las que la bancada del PRD, pero sobre todo del PT –donde militaban muchos de quienes hoy conforman las bancadas de Morena–acusaban falta de discusión por parte de legisladores del PRI y el PAN en la parte donde se discutían las reservas a diversos artículos.

Cuando se discute una reforma importante en el Congreso, sobre todo en las que la “oposición en turno” se manifiesta en contra, suele suceder que los grupos parlamentarios que apoyan dicha reforma sólo expresan sus posicionamientos en la discusión general y, comúnmente, en la discusión de los artículos reservados, quienes ganan las votaciones ya no participan. Hacen mutis.

Así lo hicieron de manera conjunta el PRI y el PAN en todas las reformas estructurales: energética, educativa, de telecomunicaciones, etcétera. Después de que aprobaban en lo general las reformas constitucionales, jamás volvieron a tomar la palabra en las discusiones de los artículos que la oposición se reservaba.

Y también así sucedió el jueves pasado, pero en esta ocasión legisladores del PRI y del PAN fueron los que hablaron a favor de las reservas que presentaron después de la aprobación en lo general de la revocación del mandato, que implicó la reforma a ocho artículos de la Constitución.

Es decir, simplemente recibieron una “sopa de su propio chocolate”. Se las aplicaron, pues, y se las aplicarán en las futuras discusiones importantes que se vienen, como la educativa y la energética.

Una de las discusiones que más saltó a la vista por su incongruente posición, fueron los que presentaron los diputados de Movimiento Ciudadano, ya que este partido apenas hace 19 meses, en agosto de 2017, promovieron y apoyaron la “ratificación del mandato” de quien hoy es gobernador de Jalisco y de una veintena más de presidentes municipales emecistas de dicha entidad, a fin de que se mantuvieran en los cargos.

Curiosamente en aquella ocasión quienes se oponían al ejercicio que realizó MC, eran PRI y PAN, con el argumento de que sólo era una promoción de sus presidentes municipales, pero sobre todo del alcalde de Guadalajara que estaba preparando su candidatura a la gubernatura de Jalisco, Enrique Alfaro.

Al parecer a los emecistas de la Cámara de Diputados se les olvidaron tan pronto todos aquellos argumentos que daban en Jalisco, donde decían que el ejercicio de “ratificación de mandato” no sólo alentaba la participación ciudadana y fortalecía la democracia, sino que era inédito e innovador, ya que se daba a los electores la oportunidad de evitar que los gobernantes que no trabajen bien y a favor de la gente, quedaran fuera de la administración, es decir, decían que “el pueblo quita y el pueblo pone”, aunque utilizaran otras palabras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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